De nueva cuenta se registra la contaminación de un arroyo en la comunidad de «Emiliano Zapata», perteneciente al municipio de Papantla, con aguas congénitas, un sub producto de la actividad extractiva de hidrocarburos, produciendo mortandad de peces, reptiles y demás fauna del lugar, agravando el problema de acceso al agua en la citada localidad.
«Emiliano Zapata se encuentra dentro del campo «San Andrés» donde mantiene actividades la empresa productiva del Estado Petróleos Mexicanos, así como la compañía venezolana Oleorey. Este sub producto debería ser inyectado de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana NOM-143-SEMARNAT-2003 en pozos letrina para evitar la contaminación del suelo y cuerpos de agua; sin embargo, la fuga ocurrida el pasado miércoles 19 de septiembre terminó contaminando el arroyo «El Frijolillo», tributario del río Tecolutla.
Gumersindo González, ex agente municipal, refiere que la contaminación del afluente generó mortandad de peces, poniendo en riesgo además la salud de la población. Por su parte, Pemex respondió enviando camiones cisterna con agua para paliar la falta del líquido, pero el problema sigue latente en el arroyo.
Los problemas de fugas de hidrocarburos y aguas congénitas se incrementó a raíz de que la petrolera venezolana comenzó operaciones en el campo San Andrés y continúa hasta la fecha, pese a que se redujeron las inversiones en la industria.
De acuerdo con la Norma Mexicana, el agua congénita es un líquido salado que se encuentra dentro de la roca, asociada al hidrocarburo, conteniendo cloruros de calcio y sodio, carbonatos de sodio, cloruros de potasio, sulfatos de calcio o de bario, entre otras sales, inclusive metales.
La normatividad recomienda su inyección en formaciones receptoras subterráneas, a través de los llamados pozos letrina, o su disposición en el mar. Se estima que cerca del 87 por ciento de estas aguas producidas se reinyectan al subsuelo.