*Se declaró culpable, leal e institucional.
CDMX.- Tras declararse culpable en atención a sus principios de «lealtad e institucionalidad», el ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, recibió una sentencia de nueve años de prisión y una irrisoria multa de 58 mil 890 pesos, sin siquiera pedírsele reparación de daños o quedar inhabilitado para la función pública.
Una burla al pueblo de Veracruz resultó la sentencia que un juez federal dictó al considerado peor gobernador en la historia de la entidad, quien se declaró culpable de los delitos de asociación delictuosa y operaciones con recursos de procedencia ilícita.
El gobernador que huyera a Guatemala para evadir la acción de la justicia, se acogió al procedimiento abreviado solicitado por la Procuraduría General de la República (PGR), que aceleraría la sentencia a cambio de la reducción de la pena, incluso por debajo de lo estipulado en el Código Penal Federal.
Fue la PGR quien solicitó la pena de nueve años, así como el decomiso definitivo de 41 propiedades, 21 de ellas lotes parcelarios y 20 inmuebles, pero desistió de solicitar su inhabilitación de la función pública, además de que no tendrá que pagar un solo peso por reparación de daño.
Durante el juicio, tres de sus más cercanos colaboradores declararon en su contra: Tarek Abdalá, ex tesorero durante su administración, Arturo Bermúdez Zurita, ex secretario de Seguridad Pública, y Xochitl Tress, ex titular del Instituto de Espacios Educativos.
A Javier Duarte le resta enfrentar dos juicios más promovidos por la Fiscalía General del Estado (FGE).