Se registra el feminicidio número 35 de la actual administración.
Papantla, Ver.- Anabel salía todos los días a vender frutas y jícamas en la zona arqueológica de El Tajín para apoyar en los ingresos de su hogar. Durante meses padeció violencia física y psicológica por parte de su pareja, Alfredo Méndez, un albañil que este lunes, después de dejarla inconsciente, le prendió fuego a la humilde vivienda en la que habitaban a espaldas de la zona arqueológica El Tajín, muriendo calcinada al interior de lo que fue su hogar.
Cerca del mediodía se dio el aviso de un incendio cerca de la zona arqueológica, a espaldas del edificio de los murales, en Tajín Chico. En su interior, Anabel, con apenas 32 años, perdía la vida en medio de las llamas, de las cuales no pudo darse cuenta por haber quedado inconsciente después de la última golpiza que le había propinado Alfredo Méndez Malpica.
Quienes la conocieron la recuerda como una joven trabajadora, que acudía puntualmente al Tajín para vender su mercancía y con ello mantener a su pequeño hijo, quien este lunes no se encontraba en la vivienda, después de haber acudido a visitar a una de sus tías.
La humilde vivienda se ubicaba dentro de la poligonal protegida de la zona arqueológica, en la comunidad de San Antonio Ojital, en medio de una zona selvática, rodeada de cultivos y de difícil acceso, hasta donde se trasladaron los cuerpos de emergencia, solo para constatar la brutal escena.
Dado el nivel de alcoholemia que presentaba el feminicida de 47 años, se quedó dormido muy cerca del lugar, por lo que al arribo de las autoridades pudo ser detenido, siendo puesto a disposición de la Unidad Integral de Procuración de Justicia en Papantla.
La endeble construcción de madera quedó reducida a cenizas, lo mismo que el cuerpo de Anabel, quien se suma a las 34 mujeres a las que se les ha arrebatado la vida durante los primeros tres meses de la actual administración estatal.
Suman ya 35 los feminicidios, prácticamente una mujer asesinada cada 48 horas, en Veracruz, una entidad en la que, pese a la sobrada legislación para erradicar la violencia de género y con dos alertas sobre sí, no ha logrado revertir esta tendencia.