Por Mario NORIEGA VILLANUEVA
Hace ya no menos de quince años, en este espacio, advertimos que Tuxpan se perfilaba como un nuevo polo de desarrollo que arrasaría a Poza Rica, quitándole ese lugar de vanguardia privilegiado que tenía merced a la producción petrolera y el movimiento económico puntal del desarrollo en todos los aspectos; económico, social, educativo, cultural en fin. Los gobiernos estatales y municipales, se hicieron sordos. Al primero porque parece ser que le convenía y al segundo, porque le faltaron agallas para luchar por preservar esa calidad.
Recuerden que con el desastre petrolero provocado por el deseo de Carlos Salinas de deshacer la hegemonía de los sindicatos, principalmente el petrolero, que ordenó la cancelación de miles y miles de plazas como se lo reclamaban los intereses extranjeros que hoy están posesionados de la explotación y comercialización del petróleo, que no querían un sindicato fuerte, ni nada que les pudiera causar problemas, bien, pues desde entonces la debacle se vino encima de Poza Rica, como la ciudad líder de la región y desde entonces, se avizoraba lo que hoy se está viviendo con todo y los problemas que Tuxpan está viviendo de inseguridad principalmente y de que se le han demorado varios proyectos que ya parecían seguros.
Si en aquellos años 1991-92 cuando el zarpazo asesino del usurpador del poder, cuando se advirtieron con la puesta en servicio de la súper carretera –autopista—México-Tuxpan, que cercenó a Poza Rica dejándola aislada como hasta la fecha, porque pese a que se han hecho algunas gestiones para una conexión como la merece, el gobierno federal ha hecho caso omiso de esta necesidad. Poco a poco, las inversiones fuertes se fueron hacia el puerto de los bellos atardeceres, aprovechando esa infraestructura carretera que lo acerca a poco más de dos horas de la capital del país.
Hoy, el parador turístico como le calificó a la ciudad, su entonces gobernante Luis Manuel Villegas, pasó a la historia, porque es muy poco el porcentaje de visitantes nacionales y extranjeros, que llegan a Poza Rica, para de aquí desplazarse hacia los lugares turísticos de la zona. Hasta eso se perdió, porque en efecto, en aquel entonces, muchos turistas pernoctaban en esta ex capital petrolera de México, para desplazare muy temprano hacia las playas, incluyendo las de Tuxpan. Hoy ya no tienen necesidad porque en aquella ciudad puerto, se construyeron más y mejores hoteles porque sí le apostaron a su desarrollo. No les ha fallado, aunque no sea como lo habían intuido, pero confían en que pronto las cosas cambiarán.
En cambio, en Poza Rica, sus gobernantes no han tenido la visión ni el empuje necesario para proyectar bien su desarrollo porque con toda la infraestructura hotelera con que cuenta, es para seguir adelante y quizá diluir un poco la afrenta que hoy lo tiene en la lona.
Poza Rica, carece de sitios turísticos aunque aquí hay vestigios de las culturas huasteca y totonaca, pero no hay presupuesto para trabajar en su descubrimiento, pero se pueden pensar en otras cosas, el chiste es hacer trabajar el coco y que surjan las ideas para proyectarlas y llevarlas a la práctica, pero no parece que tienen cabeza de camarón. Crecen de voluntad política y de plano, no saben gobernar ni quieren aprender, quizá porque así como están, les es más productivo económicamente, aunque al pueblo se lo cargue «la tía de las muchachas».
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