Dentro de las fuerzas armadas, los actos solemnes de toma de posesión son muy estrictos y congruentes, cuando se asume un cargo, primeramente se realiza el acto de toma de protesta al cargo, en el cual el funcionario designado jura desempeñarse leal y patrióticamente, respondiendo: ¡Sí, protesto! Y los subordinados quedan enterados de que deberán atender las órdenes de palabra y por escrito.
Aquí es donde comienza la gran diferencia, por lo que haremos un comparativo entre la actuación del personal militar y civil :
El personal militar realiza su entrega y recepción y dan parte por escrito de las novedades encontradas en la entrega, de tal manera que el funcionario que entrega el cargo, explique y justifique sus novedades en tiempo y espacio. Ahora bien, de no hacerlo se le inicia su trámite para fincarle las novedades y omisiones encontradas para su sanción o incluso destitución de empleo, e incluso se le cobran los faltantes, caso contrario de las demás dependencias, en su mayoría no informan las novedades, cuando lo hacen es porque una auditoría detectó anomalías y casualmente ya hasta prescribió el tiempo, no se fincan responsabilidades de faltantes, solo informan que no están completos los inventarios y ¿después que sigue? Queda la impunidad, ya que en muchos de los casos los puestos son dados a quienes se comprometen a no informar las anomalías y recibir en papel sin novedad.
Una vez que se establecen las condiciones con las que se recibió, el funcionario debe realizar un diagnóstico, para dar soluciones alineados con el plan nacional de desarrollo y sus objetivos estratégicos, en este caso, el personal militar busca elegir al personal idóneo, con buena conducta militar y civil, a quienes se les confía su cargo, determinándoles un objetivo primordial para cumplir, caso contrario, aquí primero eligen cubrir los compromisos políticos (aunque no tengan preparación o experiencia), después ayudar a los amigos (de igual manera que el punto anterior, sin olvidar a los aviadores) todos estos personajes muchas veces andan saltando de puesto en puesto, realizan alianzas entre otros actores para evitar la denuncia, acosando laboralmente a quienes no aceptan sus órdenes contrarias como se ha venido observando en cada cambio de administración.
Ahora, durante el desempeño del cargo, el personal militar busca cumplir bajo el plan que ha sido desarrollado, programando su presupuesto, optimizando y controlando los recursos de manera racional, caso contrario, aquí se observa que unos personajes solo piensan en cobrar pero no trabajar, utilizan a diversos empleados para que se hagan cargo del trabajo y desarrollo del proyecto, ya que ellos solo revisan la forma, pero arrastrar el lápiz jamás, por eso existen asesores y asistentes, lo lamentable es que aquí comienza el vía crucis de la burocracia para que se aprueben proyectos o se giren las ordenes necesarias para el correcto flujo de comunicación entre el ciudadano y el estado. Tenemos como ejemplo, la tardanza para aprobar el presupuesto, proyectos de licitación de medicinas, proyectos de programas sociales estancados, contratación de servicios no pagados, etc… generando un caos dentro del gobierno y así van sobrellevando hasta que surge un escándalo o un personaje es sacrificado políticamente para proteger a otro de mayor envergadura.
Volvemos al inicio del espiral, está por finalizar el mandato o cargo, el personal militar prepara su entrega, realiza auditorías internas y emite un informe general de su trabajo realizado, indica los objetivos que se cumplieron o que falta de cumplirse en los proyectos que están implementados y su seguimiento para generar los resultados de productividad, bueno caso contrario, la mayoría está buscando evadir las auditorías, se deshacen de la documentación que pueda comprobar su responsabilidad, se observa opacidad en sus entregas principalmente ambiguas, y lo más peor, al responsable no se le exige una rendición de cuentas, no se le fincan responsabilidades, no existen sanciones, pero si ya están viendo cual cargo van a ocupar y la justicia queda olvidada en un rincón amordazada por la corrupción.
Este es el círculo vicioso de la burocracia y corrupción, ¿Cuántos funcionarios públicos han sido sancionados por no cumplir con su encomienda con la patria? ¿Quien supervisa que no se cometan omisiones y abusos? La formación militar no ha cambiado, es algo que se ha mantenido cono norma y sanciona a quien no cumple con su encomienda, por eso es que muchos presidentes confían en esta institución, porque es EDUCACIÓN, no es clientelismo, por eso se ha mantenido, y ahora por eso es criticado, ya que no hay personal civil idóneo que cumpla con estas características, ya que no se adquieren en una tienda o en 5 minutos, es una forma de ser y de pensar, es por eso la gran diferencia.
Por eso es que no es posible ver, dentro del senado y la cámara de diputados a los mismos personajes, que solo saltan de curul en curul, de puesto en puesto, de presidentes municipales, gobernadores, ¿es que acaso no hay más personas o candidatos?
Qué triste es ver en el canal del poder legislativo a esos mexicanos que solo hablan de una transformación pero sin soluciones, enarbolan sus partidos y sus ideas, pero queda a un lado el interés público y social, los argumentos denotan una falta de cultura y conocimiento, se culpan unos a otros, hablan de un futuro sin futuro, donde las posturas son opiniones subjetivas, no existen palabras que digan que van mejorando en su gestión, puras justificaciones de que no están funcionando, es por eso la gran diferencia entre los militares y civiles, la palabra convence pero el ejemplo arrastra.
Me parece muy bien lo que dice el Señor César Gutiérrez sobre el personal militar, por eso se dice que los Ejércitos son las mejores organizaciones del mundo, porque todo debe ser planeado concienzudamente y llevado a cabo al pie de la letra, las entregas y recepciones de las dependencias son meticulosas y en este medio no hay impunidad, por eso se tiene la Legislación Militar que cada elemento se debe aprender y aquí no se debe decir «no lo sabía, nadie me lo dijo».