Poza Rica, Ver.- Mientras a nivel mundial las reservas de petróleo van a la baja, la industria ha enfocado su interés en los hidrocarburos de lutitas, cuya técnica de extracción resulta agresiva para el medio ambiente, por lo que los gobiernos deben analizar el costo beneficio de la aplicación del fracking en México.
Roberto Ochandio, geólogo argentino, advirtió en Poza Rica los efectos negativos de la fracturación hidráulica, una técnica que ha cobrado relevancia por el interés de explotar los yacimientos no convencionales.
A pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha anunciado que en México no habrá fracking para la extracción de hidrocarburos, hasta el momento no se ha promulgado una Ley que lo prohíba, por lo que continúa latente el riesgo de que se practiquen este tipo de perforaciones.
En los últimos años se han perforado 3,780 pozos con fractura hidráulica, la mayoría de ellos en Veracruz (2,280) y Puebla (1,440), pero también se han practicado en Tabasco, Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila.
Uno de los grandes mitos detrás del fracking para promover su práctica es la creación de empleos en las zonas a perforar; sin embargo, Ochandio advierte que los principales puestos de trabajo y mejor pagados son para personal especialista, que usualmente llega con las compañías, mientras que a los locales se les asignan labores menores y con poca remuneración, tal y como ocurrió en la región de Poza Rica hace una década.
Esto trajo consigo el encarecimiento de los servicios en las ciudades aledañas, lo que afecta a la sociedad en general.
A esto se suman las afectaciones al ambiente producidas por las fugas de sustancias empleadas durante la perforación, entre ellas radiactivas. Estos químicos han provocado problemas de asma y cáncer en zonas en las que previamente los índices de estas enfermedades eran menores, como se ha documentado en la zona de Texas.
Édgar Escamilla