Hoy México no tiene solamente un nuevo Presidente. Por mandato constitucional, también será durante los próximos seis años el comandante supremo de las fuerzas armadas.
Andrés Manuel López Obrador será el mando supremo de un pie de fuerza de más de 300 mil personas que tienen, además de la responsabilidad de proteger y salvaguardar a los mexicanos, acompañar al Presidente en un proyecto de nación que será, sin lugar a dudas, diferente.
López Obrador tendrá en sus comandados lealtad institucional a toda prueba encontrará mujeres y hombres verdaderamente comprometidos con el país, con la investidura presidencial y convencidos de que nada puede ser contra la patria. Vibrará con el espíritu de cuerpo que domina a los soldados de tierra, mar y aire.
El comandante supremo de las fuerzas armadas debe mantener durante todo su sexenio la confianza y apoyo ofrecido durante su mensaje el domingo pasado en el Campo Militar número 1.
No hay regreso
A partir de hoy, la esperanza de los militares, de sus familias y por supuesto del instituto armado como ente activo de este país, pesa sobre el Presidente. Para soldados y marinos, la fortaleza interna es perfectamente comprendida por los nuevos altos mandos de tierra y aire, así como del mar.
Los secretarios de Defensa y Marina comenzaron desde el minuto 1 del día de hoy una responsabilidad a la que todo soldado o marino aspira cuando egresa del heroico colegio militar o de la heroica escuela naval. Luis Crescencio Sandoval y José Rafael Ojeda tienen ante sí un reto a la altura de su experiencia, de sus capacidades y habilidades, realidad que tiene en calma y atentos a sus comandados.
A partir de hoy los hombres fuertes del Presidente son el general Sandoval y el almirante Ojeda.
A partir de hoy, la fortaleza real del gobierno de López Obrador se centra en las fuerzas armadas y es así debido a que los militares no traicionan, no hacen política, no generan fricciones entre grupos y lo más importante es que saben administrar y equilibrar el poder, siempre en favor de los mexicanos.
Los militares cumplen
Los militares solamente hablan claro. Dicen las cosas tal cual son, a pesar de lo grave o impactante de la situación.
López Obrador conoce bien la realidad en materia de seguridad por la que atraviesa el país. Ha sido informado de manera objetiva por sus hoy secretarios de Defensa y Marina de las causas y razones por lo que, a pesar de las acciones militares, los espacios en poder de la delincuencia que se han recuperado se vuelven a perder.
Ha sido correctamente informado sobre la realidad respecto a todo lo que se señala en materia de violación de derechos humanos por parte de los militares.
Para el presidente queda claro que los soldados son a los primeros que se culpa y responsabiliza cuando algún político, activista, intelectual o, bien, algún trasnochado busca notoriedad.
Al comandante supremo no se le esconderá nada. Las órdenes que dicte a sus hombres fuertes serán cumplidas a cabalidad.
A quién no le guste, que demuestre ser mejor.
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