sábado, noviembre 23

La Capilla de Santiago Apóstol en Tantoyuca, una joya de cinco siglos

Tantoyuca, Veracruz.- La Capilla de Santiago Apóstol Caballero, cimentada en lo más alto del Metlaltepec y con casi cinco siglos de existencia, sigue siendo un tesoro arquitectónico legado por los frailes agustinos, un sitio colmado de paz e historia en el corazón de la Huasteca.

Los conquistadores españoles, bajo el mando de don Trinidad Herrera, descubrieron el territorio que hoy conocemos como Tantoyuca en 1518, un año antes de la llegada de Hernán Cortés a México-Tenochtitlán.

Según relata el profesor Héctor González Ostos en su blog «Capilla de Tantoyuca», Trinidad Herrera formaba parte de la expedición organizada por don Francisco Hernández desde Córdoba, España, en 1515.

Aunque la ciudad ha quedado aislada por la construcción de modernas autopistas que buscan atravesar la región en menor tiempo, explorar este lugar es esencial para conocer verdaderamente la belleza de Veracruz.

Desde la carretera, se divisa parte de la iglesia de Santiago Apóstol, pero los edificios y la vegetación dificultan apreciar a primera vista la grandeza que se esconde en lo alto del Metlaltepec, donde en 1543 se autorizó la construcción de un lugar de oración, proyecto encomendado al fraile y arquitecto agustino Andrés de Mata.

La Real Academia de la Historia reconoce a Andrés de Mata por la construcción de dos grandes edificaciones al llegar a México, el convento agustino de Actopan en 1546 y el convento de San Miguel de Ixmiquilpan, finalizado en 1571. Sin embargo, pasa por alto la Capilla de Santiago Apóstol Caballero, anterior a estas.

La construcción requirió el apoyo de indígenas, españoles, criollos y mestizos locales. Empleando piedra laja, arena y cal, se erigió un edificio de estilo gótico románico con muros que superan el metro de ancho.

La capilla está coronada con un pináculo formado por tres prismas cuadrangulares (terminados en triángulo), que se atribuyen a representar la trinidad Padre, Hijo y Espíritu Santo, donde se ubican seis campanas. Hasta 1956, se usaban para llamar a los niños a la escuela, conocidas como “las veintes”, hasta que fueron prohibidas por el alcalde Manuel Herrera Ángeles.

Se dice que alrededor de la Capilla se construyó una muralla en el espacio entre las calles Hidalgo, Leona Vicario, Continuación de la Morelos y el parque Coronel Julián Herrera. Las viviendas cercanas se edificaron con un estilo arquitectónico similar.

En 1557, por orden del Virrey de Mendoza, los reyes católicos Isabel I y Fernando II nombraron a la capilla en honor a Santiago Apóstol Caballero, integrante de los 13 caballeros de la corte militar y defensor de los peregrinos que visitaban la tumba de Santiago Apóstol el Mayor en la ciudad de Extremadura, España.

Así, Santiago Apóstol se convirtió en el patrón de Tantoyuca, como también lo es de Papantla, Álamo-Temapache y Coatzintla.

En 1965, se erigió la nueva iglesia, también conocida como la Capilla del Rosario o Capilla del Sagrario. Llama la atención la construcción de su bóveda; cientos de piedras lajas fueron colocadas estratégicamente para distribuir las fuerzas hacia los gruesos muros, dando la impresión de inestabilidad que, paradójicamente, es lo que las mantiene unidas.

A pesar de las grietas en los muros, 465 años después de su construcción, sigue siendo un tesoro arquitectónico en la Huasteca y un símbolo de orgullo para los tantoyuquenses.