domingo, septiembre 8

La mujer en las filas del Ejército Mexicano

Por César Gutiérrez

Este 08 de marzo es el Día Internacional de la Mujer, por lo cual no puede pasar inadvertido en el ámbito castrense, ya que los elementos militares están conformados por hombres y mujeres de honor, capaces, profesionales y dedicados a las funciones y obligaciones militares con las que se cumplen en el día a día, no solo en los cuarteles e instalaciones militares, sino también en toda la República Mexicana, debido al arduo trabajo que realizan nuestras fuerzas armadas en beneficio de la sociedad.
Recordemos que lo que hoy día vemos como algo normal, ha sido el cumulo de luchas de muchas heroínas anónimas que a base de trabajo y esfuerzo se pudieron ganar un espacio junto a sus pares varones, demostrando que podían realizar las funciones y trabajo que les encomendaban, con la misma disciplina que sus compañeros del sexo opuesto.
Vamos a recordar como ha sido la evolución de la participación de nuestras soldados en el Ejército Mexicano:
De acuerdo a datos de la misma Secretaria de la Defensa Nacional, los primeros registros que se tienen de personal militar femenino se da con la Teniente Coronel Luz Espinoza, quien pertenecía al Ejército del Sur, bajo el mando del General Emiliano Zapata. Por supuesto que todos conocemos la importante participación que tuvieron las soldaderas en la Revolución Mexicana, siendo la mas famosa de ellas: la Adelita.
Fue hasta 1934 que se dio de alta a la primera mujer en el Ejército Mexicano, como personal de afanadora, siendo María González quien tuvo ese honor. Posteriormente en 1935 Anastasia Soriano causo alta como ayudante de enfermera en la Dirección de Sanidad Militar.
Fue hasta 1938 que mediante decreto del General y presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos Lázaro Cárdenas, se creó la Escuela Militar de Enfermeras del Ejército, adscrita al Hospital Central Militar.
Ese mismo año se creó el cuerpo de oficinistas del Ejercito Mexicano. Pero nuevamente fue hasta 1973 que se autorizó que personal femenino pudiese ingresar a la Escuela Médico Militar; en 1976 a la Escuela Militar de Odontología y, en 1985 se autoriza el ingreso de las mujeres al Coro y Orquesta del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos.
En 1994 asciende a General la primera mujer militar, pero es hasta el año 2007 que se autoriza el ingreso a los diferentes planteles militares que antes eran única y exclusivamente reservados para personal masculino, como el Heroico Colegio Militar, Escuela Militar de Ingenieros Militares, Colegio del Aire y Escuela Militar de Transmisiones, dando como resultado que en el año 2011 se graduara la primer mujer piloto aviador, quien hasta el día de hoy sigue en las filas de nuestras fuerzas armadas.
De las cerca de 32,124 mujeres que forman parte de nuestro Ejército y Fuerza Aérea, tenemos a guerreras que cumplen sus funciones de forma cabal y honrosamente, conjugándolo con su obligación de madre, esposa, hija, hermana, que no buscan pretextos por su condición de mujer y que se han ganado el respeto de sus pares hombres.
Esas guerreras han entendido que en un mundo históricamente de hombres, también hay cabida para la mujer, la mujer militar, que va mas allá de cumplir con obligaciones meramente de carácter administrativo o de servicios, se ha convertido en una parte importante y sobresaliente en la vida militar, ya que llego para quedarse, porque todo aquel que ha formado parte del medio militar, ha pasado por la ayuda y apoyo de una mujer militar, quienes se han ganado su lugar a base de trabajo arduo y disciplinado, para ir obteniendo los espacios que con trabajo se han ganado, siendo pieza fundamental en la organización y trabajo en el día a día en el ejército y fuerza aérea mexicanos.
Felicidades a todas las guerreras que son soldado, madre, esposa, hija, amiga, y ser humano, que se han ganado las barras y las estrellas que portan, puliéndolos con el ejemplo, para todas ustedes mis cariño, admiración y respeto, han triunfado en un mundo de hombres, como mujeres, que se han ganado el respeto y reconocimiento de sus compañeros varones en el ejercicio de su trabajo.

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