Lic. César M. Gutiérrez Priego
fundaciongutierrezrebollo.org
Durante los últimos días, el Ejército Mexicano ha estado en el ojo del huracán, debido al fallido operativo en Culiacán, Sinaloa. Se les acusa de ser ineptos y cobardes, de haber sido vencidos por un grupo criminal, que no pudieron con los narcotraficantes; cuando es todo lo contrario: el personal militar demostró que aun superados en número jamás claudicaron, defendieron los puntos, a la población civil, detuvieron y retuvieron al objetivo a detener, a pesar de las bajas de sus hermanos militares, y solo hasta que el Comandante Supremo dio la orden de retirarse, lo hicieron. Jamás pidieron tregua ni se rajaron, no obstante la forma cobarde en que los criminales secuestraron elementos militares y amenazaron con hacer daño a las familias del personal militar.
Es curioso como de la entrevista de un general retirado que fue subsecretario de la defensa como el Gral. Gaytán Ochoa, algunos medios han querido dar la impresión de que el Ejército conspira contra el Presidente de la República, cuando todos los que conocemos el medio sabemos cómo son los desayunos militares con los generales retirados y el General Secretario, donde se manifestó una serie de preocupaciones que tiene el general y que se tomó como si fuera la forma de pensar de todos los elementos del Ejército Mexicano, cuando la realidad es que todos sabemos que existe descontento por la falta de apoyo al personal, el exceso del trabajo, el poco apoyo que ha existido y la falta del aumento en los haberes que se prometió al inicio del sexenio y aun así como siempre lo he dicho, las fuerzas armadas mexicanas tienen tatuada la palabra LEALTAD en el alma.
En las conferencias mañaneras del Presidente se dio a conocer el minuto a minuto del operativo en Culiacán, donde se dio oportunidad a la prensa de cuestionar al Gral. Secretario sobre los hechos de ese día, en el que después de 94 minutos de hablar de beisbol, el clima y cosas intrascendentes, por fin cuestionaron al titular de SEDENA sobre hechos específicos, preguntando la periodista de Proceso quién era el responsable del operativo.
De forma sorprendente escuchamos al Gral. Secretario hablar del G.A.I.N., para posteriormente el Presidente solicitarle diera el nombre del encargado de dicho Grupo, y de forma increíble el Secretario de la Defensa lo dio, sin cuestionar la orden expresa del Presidente de la República.
La situación me causó indignación de forma inmediata, ya que lo consideré una falta del Gral. Secretario a sus subalternos. Utilicé las redes sociales para demostrar mi descontento y le recordé al Comandante Supremo y al Gral. Secretario lo establecido en el artículo 14° del Reglamento General de Deberes Militares el cual de forma textual dice:
Los superiores tienen obligación de cumplir exactamente y hacer cumplir a sus inferiores, las órdenes que hayan recibido, no pudiendo disculparse en modo alguno con la omisión o descuido de estos, en la inteligencia de que por el disimulo, recaerá en ellos la responsabilidad”.
Posteriormente varios medios de comunicación de prensa escrita y radio y televisión me pidieron algunos minutos para emitir un punto de vista como especialista en derecho militar y seguridad nacional, a lo que accedí, dando mi punto de vista de la actitud del Gral. Secretario, que a mi consideración ese operativo no había sido exclusivamente diseñado y operado por el Ejército Mexicano y que consideraba que alguna otra dependencia podría haber participado, por que veía muchas inconsistencias en cuanto a la operación.
Si algo distingue al personal militar es la perfección al ejecutar esta clase de operación de alto riesgo contra grupos del crimen organizado, mencionando que a mi consideración al preguntarle al titular de la SEDENA que diera el nombre del responsable de dicho operativo, éste debió decir: el único responsable señor presidente del operativo en Culiacán es el General de División D.E.M. Luis Cresencio Sandoval González, ya que soy el titular de esta dependencia y quien representa a cada uno de mis soldados, por lo menos es lo que un buen comandante debería hacer y no eximirse de responsabilidad con un subalterno.
El día de hoy viernes 01 de noviembre, me pidieron dar una entrevista con la periodista Carmen Aristegui, donde repetí lo que había declarado en los demás medios nacionales y así mismo a pregunta expresa sobre si dentro del personal militar que conozco existía molestia sobre la actuación del Gral. Secretario a lo que le manifesté que dentro de mis conocidos existen personal de tropa, oficiales, jefes, generales y que se encontraban con la moral baja, ya que se sentían traicionado por el Gral. Secretario al haber sacrificado un compañero y no defender a su personal.
Para mi sorpresa la noticia se hizo viral en algunas redes sociales, donde recibí mensajes de todo tipo, algunos de felicitación y otros de enojo, molestia y amenazas a mi persona y a mis seres queridos. Me tacharon de ser hijo de un General que no sabe lo que es sufrir ni tener necesidades en la vida; que quién chingados me creía; que a los soldados les valgo madre; que por que chingados hablo por ellos; que soy fifí; amigo del comandante borolas; que me iban a matar; que ya sabían dónde vivía; que quería atacar al presidente; etc…
Pero de todas esas amenazas hubo una que me llamo la atención: me dijeron que no le jugara al pendejo, que ya los tenía hasta la madre, que le bajara de huevos por que ya estaban hasta la madre de que ande defendiendo a los soldados en los juzgados militares, que no ande de metiche explicándole al personal cuáles son sus derechos y apoyándolos en sus problemas; que ya deje de andar de pinche mitotero en los medios hablando de violaciones a los derechos de los militares, que si no le han dado el retroactivo o incrementado los haberes a mí me valía madre, que ya sabían que andaba en la Cámara de Diputados con proyectos de ley para apoyar al personal retirado, que ya le bajara de huevos porque era la última vez que me la pasaban, que para la otra me acordara que existe mucha inseguridad en el país y en específico en la zona donde se encuentra mi oficina, que era la última advertencia ya que mis hijos (mencionándolos por nombre) estaban muy chicos para quedarse huérfanos.
Quiero utilizar esta columna para contestarles que hagan lo que tengan que hacer, que seguiré haciendo lo que hago y que mientras viva no renunciare a ello, ya que yo viví en carne propia la injusticia, la mentira, la calumnia y el poder del Estado en contra de mi padre y toda mi familia, que le juré a mi padre cuando lo saqué de prisión que lucharía hasta el último día de mi vida para que jamás volviera a existir un militar que sea inocente encarcelado por cuidar los interese de políticos corruptos como lo fue Ernesto Zedillo Ponce de León, quien acusó a mi padre de ser un delincuente por proteger la investigación que realizó, en la que se demostraba que familiares del que era presidente en ese momento (Ernesto Zedillo) tenían una relación de amistad y de negocios con los reyes de las metanfetaminas, los Amezcua Contreras, en específico con su suegro y sus cuñados.
Le prometí a mi padre que no olvidaría a sus soldados, mismo que me criaron desde que era un niño. Como olvidar al Lobo, el Lince, al Poca Luz, al Chiquilín, al Chaparro, el Zopilote, el Gato, el Coca, Fox, Gavilán, Pedrito, el Tuercas, el Botanas, y tantos más, que desde que era niño me enseñaron a echarle fibra, ser del equipazo y no perdonar el bofe ni por equivocación, a encobacharme, a prepararme para entrar al Heroico, a quererme como su hijo o su hermano y yo a su vez quererlos como mi familia.
Cómo olvidar esos partidazos en las canchas de la Mojonera o cualquier otro regimiento o batallón, donde el Piojo Herrera hubiera sido un caballero con los hachazos que me daban. Con ellos aprendí a andar francos con la raza metiéndonos en problemas, siendo mi familia desde que abrí los ojos por primera vez.
Es por eso que les digo: seguiré defendiendo a la raza hasta el último día de mi vida, soy miembro del sindicato del rifle y eso jamás lo podré cambiar, soy hijo de un General es cierto; me pueden considerar pirruris tal vez, pero todos me conocen y saben que jamás me voy a rajar por ser hijo de un dragón, saben que cuando llego a los juzgados militares no les va a ser fácil condenar a mi cliente porque soy necio y aferrado, y así mismo que soy imprudente y digo lo que pienso que es correcto, le moleste a quien le moleste. Por eso hoy dejo constancia de no importa lo que pase, aquí seguiré defendiendo a mis soldados, a mis oficiales y a mis jefes, respetando a mis generales y entrándole el día que tengan un problema y nadie los quiera apoyar, porque los que somos miembros del sindicato del rifle jamás abandonamos a un hermano.
Por último quiero mencionar que ahora entiendo las palabras de mi padre que me dijo: el día que conozcas que es lo correcto lo defenderás hasta el último día de tu vida, creo hoy lo entendí.