¡ASÍ ES!
Por Mario NORIEGA VILLANUEVA
No es la primera, ni creemos que vaya a ser la última vez, que abordamos este tema, porque si bien hasta el momento la región norte donde se encuentra ubicada Poza Rica, se ha escapado de la furia de los huracanes, tormentas y ciclones, así como de las inundaciones, lo peor aún falta por venir y todavía faltan algunos fenómenos hidrometeorológicos que azoten por esta zona y sus dimensiones aún no se conocen pero los más fuertes, aún no “nacen”, y hemos de insistir en la inconsciencia e importanadismo de muchos pozarricenses, nativos o simplemente habitantes de esta noble ciudad.
Mientras las autoridades, hay que aceptarlo, ejecutan labores de limpieza y eliminan basureros clandestinos, previas en todos los arroyos que circundan esta urbe, hay gente sucia, cochina, puerca, indecente empeñada en convertir con la indiferencia de PASA –no cumple cabal y responsablemente con el servicio de recolección de basura–, en la cueva del eco loco –aquel personaje de una serie de televisión, que por cierto, heredó el mal ejemplo–, para vivir en un cochinero en lo que seguramente tengan convertidos sus hogares, y no les importa en lo más mínimo poner en riesgo a la población, principalmente la que habita en las zonas de ribera o las más bajas en la ciudad.
Arrojan la basura que la corriente arrastra pero como se trata de plásticos esencialmente, así como colchones, refrigeradores, cilindros de gas inservibles y estufas ya viejas, que no utilizan y otros aparatos que impide el libre correr de las aguas y por supuesto, de la basura que capta por la irresponsabilidad y cochinada de manera que terminan por formar verdaderos diques que cuando las fuertes corrientes del líquido elemento quieren seguir su curso, no pueden y entonces provocan inundaciones, pero peor va cuando esos cerros de basura ceden ante las violentas corrientes, entonces la cosa es peor, porque lleva hasta casas, no se diga electrodomésticos y destruye todo a su paso, con el riesgo correspondiente para la vida de los habitantes de las riberas y más allá hasta donde el agua alcance a llegar.
¡Qué bueno fuera! que los perjudicados fueran únicamente los puercos que se niegan a crea conciencia y evitar esas malas prácticas que ya tienen tan arraigadas, valiéndoles que multitud de gente, resulte afectada. Como ellos viven en la inmundicia, creen que todos son igual y están equivocados, hay afortunadamente la mayoría, que sí saben vivir como la gente civilizada responsable.
Pero ahí es donde también entra la irresponsabilidad de la empresa a la que se le paga una millonada por prestar ese servicio y no lo otorga como es su compromiso, pues los usuarios fueron advertidos desde un principio a sacar la basura en bolsas de plástico para que los camiones recolectores y las camionetitas pasen los días que se les notificó, pero sin tomar en cuenta que luego los animales callejeros las rompen buscando comida y la dejan regada, sin que la levanten porque no llevan ni siquiera una pala para hacerlo y menos la que van regando por las diversas calles en tanto realizan sus recorridos. Toda esa basura, aparte de coladeras y bocas de tormenta, provocando anegamientos cuando llueve. Es necesario aplicar un severo correctivo a toda aquel marrano que sea sorprendido –hombre o mujer–, para que escarmiente y no vuelva a hacerlo por las repercusiones que esa irresponsabilidad puede llegar a tener e caso de lluvias atípicas como las de aquellas inundaciones del 5 y 6 de octubre del 1999. Luego entonces ¡Duro contra los “eco locos”!, para ver si así entienden que la basura, hay que ponerla siempre en su lugar y darle un fuerte jalón de orejas a PASA, para que cumpla con un servicio eficiente y no colabore también con los cochinos a poner en riesgo la seguridad física de los pozarricenses, en caso de inundaciones, porque lo más fuerte de las lluvias, apenas está por venir.
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