Édgar Escamilla
La visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a su similar Donald Trump, en la Casa Blanca, dejó una sensación de vacío entre la comunidad migrante en Estados Unidos, quienes consideran que se dejó pasar el momento histórico para sentar las bases para una reforma migratoria que vele por sus derechos y que el discurso se centró en fortalecer la próxima campaña por la reelección presidencial.
En entrevista con Juvencio Rocha Peralta, de la Asociación de Mexicanos en Carolina del Norte (AMEXCAN), lamentó que el presidente López Obrador perdiera la oportunidad de hablar en favor de los mexicanos en Estados Unidos. Ninguna de sus palabras, de su punto de vista, se refirieron a ello y se limitó a un discurso manipulado por su anfitrión.
“Vino a dar un discurso para darle soporte a un dictador, racista, un jefe de estado que ha pisoteado a los mexicanos desde el primer momento que se pronuncia como candidato y después de que gana la presidencia del país más importante del mundo. Solo vino a bolearle los zapatos y hacer lo que muchos acostumbran, a ponerlo en un altar.”
El activista de los derechos humanos de los migrantes mexicanos en Estados Unidos y sus familias en México, considera que la administración de Trump ha dañado como nunca antes a la población hispana.
Esperaban un posicionamiento más rígido a los acuerdos bilaterales, en especial en términos de seguridad y protección social a los trabajadores migrantes. “En el ámbito político Andrés Manuel solo vino a solapar para que continue otros cuatro años”.
Mientras tanto la reforma migratoria y el tema de la protección a los derechos humanos permanecen fuera de la agenda bilateral, a pesar de la importancia de las remesas que envían a sus familias en México.
Son los migrantes también una parte importante de la economía estadounidense, la cual se queda con ocho de cada diez dólares que envían a sus lugares de origen, pero no hay reformas a las políticas públicas.