“No estás tan mal”, le dijo un maestro frente a toda la clase. Ella y el resto de las y los estudiantes se quedaron callados.
Esa no era la primera vez que un maestro de la Universidad Veracruzana le decía algo parecido y eso que apenas estudiaba el segundo semestre.
Uno ya la había escogido como mensajera del grupo pero usaba su número para enviarle mensajes personales, otro le pidió que dejara a su pareja y ahora éste la miraba de arriba a abajo y le hacía comentarios sobre su apariencia.
Pero ella no pensó en presentar una queja pues ni siquiera sabía que existe una Guía para la Atención de Casos de Hostigamiento y Acoso Sexual, que las autoridades escolares deben acatar en estos casos y que defiende sus derechos.
“No conocía de mis derechos ni nada de eso, desde entonces dejé de ...