viernes, noviembre 22

Toque de silencio

Esta semana ha estado llena de silencios.

El primero. El de 43 voces que difícilmente se volverán a escuchar. Voces que son apagadas no solo por las balas que las asesinaron, sino más bien por la complicidad de criminales, policías, un alcalde criminal y su esposa criminal.

Fueron apagadas por la complicidad que conjunta el abogado de las familias con el vocero de las mismas, y ambos en complicidad con las autoridades de los tres órdenes de gobierno, situación en que los primeros no pretenden que ni aparezcan los estudiantes ni que se aclaren los hechos, y los segundos, encontrando capital político donde lo que menos importa es el dolor o la esperanza, mucho menos la verdad, solo la verdad, ni nada más que la verdad.

¿Quién puede tener retenidos durante cinco años a los estudiantes? ¿Con qué objeto? ¿Qué gana quien los tenga secuestrados durante tanto tiempo?

Los sucesos de esa maldita noche no tenían intereses políticos, mucho menos idealistas o sociales. Lo único que importó esa noche fue la supuesta incursión a Iguala de un grupo criminal contrario.

El segundo. El silencio y la inacción de las autoridades de Ciudad de México por permitir que un acto vandálico se sumara a hacer más grande el silencio que durante cinco años han sufrido los padres de los normalistas.

El tercero. El silencio de muchos ante el reconocimiento a los pocos integrantes vivos de la Liga 23 de septiembre. ¡Ah!, porque también en ese tenor, existe el silencio de seis familias de militares, mismos que hace 54 años perdieron la vida en Ciudad Madera, Chihuahua. Con ellos no hay perdón… solo olvido.

El cuarto. El silencio perpetuo de los tres soldados asesinados el pasado jueves en el Municipio de Leonardo Bravo, Guerrero. Nuevamente la pregunta eterna de este espacio: ¿quién llora por ellos? Toque de silencio para ellos.

Cabo de turno

Sobre los sucesos de Iguala que cumplieron su primer lustro, los militares han cumplido con cada uno de los requerimientos ministeriales y judiciales que se les han solicitado.

La autoridad correspondiente ha señalado y afirmado contundentemente que no existe ninguna prueba de la participación del Ejército en el caso, incluso el GIEI en ninguno de sus informes acreditó la participación del personal militar en la desaparición de los normalistas.

Desde el primer momento se permitió que los soldados fueran a testificar en más de una ocasión. Se han realizado dos reuniones de acercamiento directo entre el personal militar, la prensa y el secretario de la Defensa, el 26 de junio de 2019, en las instalaciones de la Sedena, con objeto de abordar específicamente el caso de los estudiantes y con ello apoyar a sus padres.

Los padres de los 43 ingresaran por primera vez el 24 de julio de 2019 a las instalaciones del 27 batallón de Infantería, en Iguala.

El 1 de agosto de 2019 se logró con la colaboración del Ejército mexicano que se detuviera a Santiago Mazari, El Carrete, líder del grupo Los Rojos, quien ha sido señalado como el autor intelectual de la desaparición de los normalistas.

La Sedena ha brindado un importante apoyo a las autoridades y familias de los estudiantes desaparecidos, para continuar con la búsqueda en los lugares conocidos como la Mina de Carrizalillo y el Cañón del Zopilote.

No queda por los militares.

jibarrolals@hotmail.com

@elibarrola

www.cadenademando.com

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