¡ A S Í E S !
Por Mario NORIEGA VILLANUEVA
O puede uno sino caer en la risa por la desfachatez e ignorancia exhibida por el presidente de la República, el representante de todos los mexicanos, de una nación ¡válgame la rechi…flada!, quien se expresa con un vocabulario tan vulgar, que más bienes una burla para todos sus compatriotas, incluyéndome entre ellos. Cómo está eso de «¡Fuchi. Güacala!», al referirse al gravísimo problema que significa la delincuencia organizada que ya está encima de las instituciones y equipada con armamento tan sofisticado para aire y tierra, que ni el Ejército ni la Armada o cualquiera otra de las instituciones para proteger al pueblo, pero lejos de hacer eso, que es su principal función, ¡lo reprimen!
La expresión de su rostro es tan grotesca como espantosa, esquizofrénica y esa risa que se le dibuja en la cara, no es sino la más macabra de las traiciones a todos los mexicanos que habitamos el país, porque no se pude ver de otra manera, aunque algunos de los asistentes al evento en el cual vertió esa vomitada, le hayan seguido el juego y también se rieron, porque no les quedaba de otra, o les quitan los beneficios que les están entregando a través de programas asistenciales, que son para sujetarles a apoyar a su partido.
No es nada positivo ni nada que prestigie a quien gobierna más de 120 millones de mexicanos, no solo a 30 que votaron por él y que significan tan solo el 25 por ciento de la totalidad de la población de México. Eso que dijo sí que da asco y no le abona en nada positivo, porque los delincuentes deben haber reído hasta que les dolió la panza por esa estupidez que denigra a los mexicanos y da a manifestar que se tiene a un Presidente de la República, con escasa preparación académica, con todo y el título que tenga tras poco más de3 quinquenios en la universidad.
No, señor presidente –así con minúsculas–, no se equivoque, eso que dijo, no es más que ratificar que protegerá a la delincuencia organizada cumpliendo su desfachatez delictiva porque se hace cómplice de quienes tienen al país, en el terror y la angustia, al decir prácticamente que son sus cuates, con la expresión de hace unos días y que no vamos a repetir porque nosotros sí tenemos vergüenza.
No se equivoque, no todos somos de tan baja calaña como la que usted demuestra con sus expresiones de la más baja ralea. No se equivoque porque México no aguantará más una tiranía, porque están hartos con más de 80 años de vivirla –incluidos los dos sexenios azules–. Debe recordar su fue la esperanza de México como es el lema de su partido para su campaña presidencial y tiene que hablar a la altura de su encargo. Para escuchar palabras estúpidas como las últimas que vertió su lengua viperina, los mexicanos ya sabemos, que las podemos oír en las cantinas, bares, las plazas públicas, los arrabales, mercados, pero usted, debe comportarse y hablar como Presidente de la República, no como carretonero. Párele a su desfachatez y enfúndese en el cargo que más honra a un mexicano. Ya no se haga fuera de la nica. No le beneficia en nada.
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